Barranquilla, Atlántico
"Todas las cosas llegan en su momento. Por eso la estrategia 'Mambrú no va a la guerra', llegó en el mejor momento a Rebolo, nuestro barrio", manifestó Eneida Viaña, raizal de este sector del sur oriente de Barranquilla y miembro de la Junta de Acción Comunal. Rebolo es considerado como uno de los mayores aportantes al folclor y la cultura del Carnaval de Barranquilla, aunque sus habitantes también afrontan el estigma de vivir en uno de los sectores más peligrosos y epicentro de violencia, pandillas y drogas que afectan principalmente a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ).
Precisamente, esta estrategia nacional, liderada por la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, está orientada bajo el enfoque de prevención temprana, actuando sobre los factores de riesgo, vulneración y amenaza que están llevando a los niños y jóvenes a vincularse y participar en actividades ilegales.
Eneida afirmó que la ACR, "con este apoyo, contribuirá al rescate de los niños y niñas del barrio, porque a ellos es a quienes ataca el conflicto interno y la problemática social de Rebolo".
Andrés Echeverría, coordinador de la ACR en el departamento del Atlántico, explicó que el momento coyuntural de muchos líderes dispuestos a colaborar, permitió que Mambrú no va a la guerra, fuese implementado en este sector, en su tercera edición, trabajando modularmente y dando continuidad a lo realizando en las primeras dos versiones, durante los años 2013 y 2014, en barrios como La Chinita".
Los antecedentes que llevaron a la escogencia de este modelo en Rebolo tiene que ver con las condiciones de vulnerabilidad y otras problemáticas que afectan a los NNAJ, de acuerdo con lo expuesto por la Alcaldía Distrital en la Política Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Barranquilla, 2012 – 2020 y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
En esta oportunidad se busca que un grupo piloto de 60 niños y niñas, manejen su tiempo libre con herramientas como fútbol, danza y otras actividades lúdicas, facilitando en ellos, no solo formarse, sino que aprovechen estos espacios de encuentro para informarse acerca de sus derechos y deberes.
"Más allá de conseguir grandes futbolistas, bailarines o actores, la formación en estas disciplinas y artes tiene como objetivo la congregación de esta población, entregarle información y brindarles herramientas que permitan el manejo adecuado de su tiempo libre", agregó el funcionario.
De esta manera el programa contribuye al fortalecimiento e incremento de la capacidad protectora de las instituciones locales de las comunidades, las familias y los NNAJ.