Bogotá, Cundinamarca
En los cerros de Ciudad Bolívar, en la frontera entre el barrio República de Venezuela y Bogotá Segundo Sector, existe una casa que resalta entre el panorama de cemento y ladrillo. Se trata del lugar en donde funciona la Fundación Manos Creadoras, espacio al que a diario asisten 110 niños para recibir alimentación y acceder a actividades lúdicas y pedagógicas, entre ellas 'Mambrú no va a la guerra'.
Según Catalina Arciniegas, coordinadora de la Agencia Colombiana para Reintegración (ACR) en Bogotá, esta zona fue seleccionada para desarrollar la estrategia de prevención del reclutamiento dado que "presenta uno de los más altos índices de violencia hacia los menores de edad y es uno de los barrios en donde más residen excombatientes en reintegración".
En este sitio se dan cita los jóvenes, entre 7 y 14 años, para recibir clases de baile y talleres de convivencia sana. Cindy Gonzales, promotora del operador que implementó la estrategia en este sector, explica que "los pequeños y sus padres recibieron talleres de formación ciudadana, autoreconocimiento, cuidado del otro; en donde se integraron y hoy en día los papás acompañan a sus hijos a todos las muestras artísticas".
Joshua Mitrotri, director general de la ACR, fue testigo del talento de estos pequeños y expresó: "estos escenarios deben continuar, por eso a pasar de que la estrategia en este sitio hizo cierre el pasado 30 de abril, la Agencia realizará un acompañamiento para que las clases de baile no paren. Además, es esencial que se busquen alianzas con actores privados para que apoyen no sólo esta iniciativa, sino la alimentación que reciben estos jóvenes a diario".
Clara Albarracín es la directora de la Fundación Manos Creadoras, y sus palabras se quebraron por el llanto al expresar la satisfacción por el trabajo de los muchachos. "Este es un sueño que vivimos día a día, a pesar de las difíciles condiciones que se viven en esta localidad, esto demuestra que juntos podemos crear escenarios protectores para los niños y niñas".